La reciente y creciente crisis global es, a mi criterio, el resultado natural de una sociedad que ha logrado trasladar una conducta individualista hacia las prácticas económicas y financieras, procediendo desde lo personal a lo colectivo.
El individualismo pareciera ser una consecuencia del enriquecimiento material, creciendo conforme a cuanta mayor acumulación de riquezas se dispone. Pero por fortuna las desgracias llegan, y los cataclismos también. Es allí, cuando todo parece perdido, que estas personas descubren en el otro los mismos sentimientos de infortunio y son entonces compartidos, sintiendo alivio, ya que hasta el dolor también se reparte, condoliéndose. Y se percatan una vez más que pueden seguir viviendo.
El gran valor perdido, la solidaridad, es entonces redescubierto. Si esta sociedad aprendiera a continuar y perfeccionar esta buena práctica comprendería que los bienes a alcanzar como la seguridad y la satisfacción, serían frutos que podrían sustentarse por largo plazo.
El cooperativismo
En el cooperativismo la mirada está puesta en el otro. Nuestros beneficios vienen por reacción de los demás. Primero la acción es nuestra. Ayudar y ser ayudado. Es el principio de acción y reacción.
¿Y cuál debe ser nuestra acción? Es muy simple: Dar lo mejor de nosotros al grupo o comunidad. Sin comparaciones. Veamos, si lo nuestro parece pequeño al lado de lo que el otro brinda, no interesa. Lo que si importa en cambio es nuestro aporte, que éste sea lo más valioso que podamos dar. La suma de esos aportes luego se distribuirán equitativamente y es este, precisamente, el valor cooperativo.
Una oportunidad
Fomentar el cooperativismo y sus sanas prácticas encuentran en el contexto actual una muy buena oportunidad para que sean definitivamente comprendidas, asimiladas y potenciadas.
Las cooperativas siguen siendo una innovación organizacional y social. Innovación organizacional porque la cooperativa responde a una manera diferente de sentir y hacer las cosas, planteamiento que hace referencia a la ventaja cooperativa. Esta ventaja está sustentada en la existencia de un campo específico de conocimiento (el paradigma cooperativo) que permite diferenciar a la cooperativa del paradigma de la sociedad por acciones (el paradigma anglosajón).
Factor de Éxito
Uno de los factores de éxito de las cooperativas es contar con los Principios como instrumentos de gestión. Estos Principios suelen ser:
Participación
Desarrollo Educativo y Cultural
Empoderamiento del factor humano
Integración a otras cooperativas y a la comunidad
Percepción interna
Gestión democrática
Otros factores de éxito:
Capacidad gerencial y empresarial desarrollada
El liderazgo
El esfuerzo sostenido
Los buenos resultados económicos
Los servicios oportunos y efectivos
Y por último, es oportuno recordar que la acción cooperativa está compuesta por Valores Fundamentales como ser:
Espíritu Innovador
Compromiso social
Transparencia
Cooperación
Confianza
Cuando nos sintamos amenazados, vulnerables y necesitemos refugio, pensemos en quienes practican la solidaridad. Encontraremos en ellos la clave para difuminar esos riesgos y, lo más importante quizá, hallaremos un camino que hará sentir más trascendente a nuestra vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario