viernes, 21 de agosto de 2009

PRINCIPE DE LOS PRINCIPIOS



A veces en sueños suelo encontrar un orden exacto a los hechos que allí suceden. Tienen sentido, se alcanza a sentir claridad, pueden ser descifrados. Pero como una burbuja que estalla tan pronto como el sueño nos transporta a la vigilia todo ese sentido deja de serlo. Esos frescos recuerdos comienzan a revelarse como patéticos, anárquicos, vergonzosos, es decir: sin absoluto sentido.
Intentando (aún continúo insistiendo) descubrir con qué parámetros analizo mi satisfacción onírica pude extraer algunas conclusiones rescatadas durante mis zambullidas nocturnas, como estos Principios (se llaman así pues por algún lugar se empieza):


PRINCIPIO DEL ORDEN

Se hace notorio un orden en todas las cosas. Un encadenamiento de sucesos. Existen estratos de vida superior e inferior. Hay un principio y un fin en los procesos, en la vida. Todos ellos están atados hacia una dirección. Siguen una evolución, y la misma tiene como medida el tiempo. La velocidad es relativa a cada proceso, pero todos invariablemente coexisten dentro de un mismo tiempo.

PRINCIPIO DE LA VOLUNTAD

Cualquier acción que emprendamos está iniciada por la voluntad, salvo las que tendemos a realizar por automatismo. La voluntad nos destaca como humanos. Es la que precede al deseo
Según podemos, la voluntad es el poder de elección de la conciencia, el sentir y la acción dirigida por ellos.

PRINCIPIO DEL AMOR O DEL BIEN

Para amar es necesaria la libertad. No podemos amar desde la falta de libertad. En el acto de amar activo no se puede obligar a nadie a recibir nuestro amor. Amar en libertad es hacer el bien. Hacer el bien da sentido al orden, estimula la voluntad y gozamos de esa libertad.